Investigar en fenomenología desde
la interacción investigadora en reflexión y comprensión del fenómeno
La investigación se da
propiamente con la investigadora como sujeto que crea, recrea y se recrea en el
conocimiento del mundo que se construye en la vida cotidiana, pero desde una
peculiar y dinámica manera de expectación subjetiva del otro; pues según Heidegger
(1997) la comprensión de la existencialidad comporta la comprensión de algo así
como un mundo desde donde se transparentan teoréticamente y se hacen accesibles
estructuras del Ser del ente que existe. Mundo que se da en coexistir con los
otros y que desde siempre es compartido.
Considerando la perspectiva
asumida y antes de esbozar las reflexiones referidas a la Gestión de los
Procesos Académicos-Curriculares Universitarios como fenómeno de
problematización desdelas precompresión, es preciso preguntarse ¿qué es
reflexionar?, pues esta definición llevada al ámbito gerencial curricular y en
el marco de esta investigación, es lo que permite el desarrollo de una mejor
comprensión y entendimiento de dicho fenómeno de la gestión en la gerencia
curricular como esfera desde donde se observa.
En consideración, la
reflexión, implica un movimiento continuo de replegarse en sí mismo para tratar
de comprender lo que se considera significativo de las experiencias vividas;
situación que a su vez debe permitir un volver a desplegarse en las
experiencias futuras. Asimismo, este zigzaguear del acto reflexivo; en el cual
se conecta el pasado y el futuro, tratando de revivir uno y proyectándose en el
otro; constituye el contexto donde se trata de conseguir el significado de lo
vivido, movido por el deseo de comprenderlo que representan los
acontecimientos, situaciones vividas, realidades y lo que representan para el
futuro.
A razón de lo planteado
también es importante preguntarse ¿qué es comprender el significado? Este va
más allá de preguntarse qué sentido o relación tiene esto que sucede o
acontece; implica preguntarse qué sentido tiene esta cosa que sucede para mí,
qué relación tiene lo que sucede conmigo mismo, con mis intereses, mi ser y mi
actuar.
De allí que, para comprender
el significado de algo, el ser humano inquiere establecer relaciones, mediante
la interrogación y la problematización entre ese algo con el conjunto de
experiencias que tiene. Al establecer estas relaciones, que previamente en su
mayoría son discrepantes, contradictorias o no se encuentran con facilidad;
emerge el conflicto o problema en “la conciencia anticipadora”.
Por tanto, induce a la
búsqueda de una mayor profundidad en la comprensión; claro está, para ello es
necesario hacer uso de los datos que dispone la memoria, adquirir nuevas
experiencias relacionales y considerar, por supuesto, que esas nuevas
relaciones pueden permitir construir soluciones y resolver conflictos. En este
contexto de búsqueda de significados, el ser humano es movido por su naturaleza
comprensiva de lo que entraña existencia en la conciencia. Esta comprensión,
que se expresa con el poder de la interpretación da existencialidad humana.
Esta búsqueda de
significados es la situación que se constituye en la más trascendental del
proceso reflexivo; pues lo que dinamiza la existencia es esta necesidad de
captar, de entender plena y adecuadamente lo que nos sucede con las
experiencias vividas. De hecho, el significado que se le otorga
comprensivamente a lo que se vive, es lo que determina la propia naturaleza de
ser y existir como humano.
Ahora bien, cuando se
reflexiona comprensivamente se opera sobre las imágenes como pensamientos,
ideas y conceptos que se han configurado en el tiempo; es decir, con lo pasado
o vivido, lo que se vive y lo que se proyecta o desea vivir como futuro,
mediante la interrogación de lo que significan. En este sentido, la reflexión
comprensiva no es un proceso ni mecánico ni puntual; por lo contrario, es un
proceso dinámico, de permanente diálogo que crea y recrea las ideas,
pensamientos, conceptos y teorías que posee el ser humano.
https://orcid.org/0000-0001-7390-114X